UNA JOYA DEL PASADO QUE ENCIENDE LA CHISPA DE LA ESPERANZA
En 1893, Eduardo Vásquez, un adinerado comerciante antioqueño, compro a la familia amador un lote ubicado en el sector de guayaquil y le encargó al arquitecto francés Charles Carre la construcción de un edificio que para en ese momento de la historia de Medellín fuera uno de los más altos y monumentales de la ciudad.
En una cuadricula de 1.120 mts2 metros se levanto este edificio, el cual fue concebido con un criterio de rentabilidad económica, de tal manera que el primer piso se destino al comercio t el segundo y tercero se diseñaron para residencias de familias de la alta sociedad de Medellín.
La llegada del ferrocarril de Antioquia en 1914 genero un gran desarrollo económico, político y social que le dio una nueva dimensión a la edificación: los pisos segundo y tercero dejaron de ser residencias de familias prestigiosas y se convierte en hoteles de paso, para albergar a comerciantes y emigrantes.
Como consecuencia del acelerado proceso de urbanización de la ciudad, de una alta actividad comercial en el sector de la condición de itinerantes de quienes llegaban alli, el edificio Vásquez empezó a deteriorase y a sufrir los rigores que le dejaron nueve dueños diferentes, miles de huéspedes y hasta incendios y terremotos que iban marcando su huella en reparaciones, que más que eso, fueron mutilaciones a su estructura y su esplendor, hasta 1994 cuando se ordeno su exposición a favor del municipio de Medellín.
EN EL CENTRO DEL CENTRO
Las restauraciones des Edificio Vásquez hace parte de la transformación del centro de Medellín. Con el se recupera un sentido patrimonial y de uso para una comunidad que ve un entorno cambiante gracias a la recuperación del centro que implica la plantación de los territorios circundantes, la dotación de equipamiento, el desarrollo de las estructuras viales y la transformación física de Medellín que cobija a la plaza de Cisneros, la biblioteca temático de EPM, la plaza mayor y el parque de los pies descalzos, lugares que hacen parte de un gran corredor hacia el norte que abarca, entre otros, el parque de Berrio, el museo de Antioquia, la plaza de botero, el paseo Carabobo, el parque de los deseos, el jardín botánico y el parque explora.
SOBRE EL USO ESTETICO DEL ESPACIO
Los seres humanos nos movemos en dos parámetros cuyas interrelaciones nos definen, el primero es el espacio el segundo es el tiempo, sin importar la perspectiva con que se mire, es decir siendo subjetiva la apreciación.
Un espacio para existir, necesita una comunidad para vivir, una comunidad que lo consume y que lo transforme, este espacio a su vez tiene múltiples interacciones con el tiempo, comprendido como pasado presente y futuro, también relaciones con el ser humano que interactúa y crea; así pues los espacios están llenos de símbolos generados por interacciones de habitantes habituales o esporádicos, que constantemente están creando junto con el espacio.
La estética de un espacio no está tanto en su forma como en nuestro modo de vivirla, cada fachada, cada esquina o edificio está cargada de recuerdos en donde también están implícitos otros miembros de esa colectividad.
(Fernando Torrijos)
En 1893, Eduardo Vásquez, un adinerado comerciante antioqueño, compro a la familia amador un lote ubicado en el sector de guayaquil y le encargó al arquitecto francés Charles Carre la construcción de un edificio que para en ese momento de la historia de Medellín fuera uno de los más altos y monumentales de la ciudad.
En una cuadricula de 1.120 mts2 metros se levanto este edificio, el cual fue concebido con un criterio de rentabilidad económica, de tal manera que el primer piso se destino al comercio t el segundo y tercero se diseñaron para residencias de familias de la alta sociedad de Medellín.
La llegada del ferrocarril de Antioquia en 1914 genero un gran desarrollo económico, político y social que le dio una nueva dimensión a la edificación: los pisos segundo y tercero dejaron de ser residencias de familias prestigiosas y se convierte en hoteles de paso, para albergar a comerciantes y emigrantes.
Como consecuencia del acelerado proceso de urbanización de la ciudad, de una alta actividad comercial en el sector de la condición de itinerantes de quienes llegaban alli, el edificio Vásquez empezó a deteriorase y a sufrir los rigores que le dejaron nueve dueños diferentes, miles de huéspedes y hasta incendios y terremotos que iban marcando su huella en reparaciones, que más que eso, fueron mutilaciones a su estructura y su esplendor, hasta 1994 cuando se ordeno su exposición a favor del municipio de Medellín.
EN EL CENTRO DEL CENTRO
Las restauraciones des Edificio Vásquez hace parte de la transformación del centro de Medellín. Con el se recupera un sentido patrimonial y de uso para una comunidad que ve un entorno cambiante gracias a la recuperación del centro que implica la plantación de los territorios circundantes, la dotación de equipamiento, el desarrollo de las estructuras viales y la transformación física de Medellín que cobija a la plaza de Cisneros, la biblioteca temático de EPM, la plaza mayor y el parque de los pies descalzos, lugares que hacen parte de un gran corredor hacia el norte que abarca, entre otros, el parque de Berrio, el museo de Antioquia, la plaza de botero, el paseo Carabobo, el parque de los deseos, el jardín botánico y el parque explora.
SOBRE EL USO ESTETICO DEL ESPACIO
Los seres humanos nos movemos en dos parámetros cuyas interrelaciones nos definen, el primero es el espacio el segundo es el tiempo, sin importar la perspectiva con que se mire, es decir siendo subjetiva la apreciación.
Un espacio para existir, necesita una comunidad para vivir, una comunidad que lo consume y que lo transforme, este espacio a su vez tiene múltiples interacciones con el tiempo, comprendido como pasado presente y futuro, también relaciones con el ser humano que interactúa y crea; así pues los espacios están llenos de símbolos generados por interacciones de habitantes habituales o esporádicos, que constantemente están creando junto con el espacio.
La estética de un espacio no está tanto en su forma como en nuestro modo de vivirla, cada fachada, cada esquina o edificio está cargada de recuerdos en donde también están implícitos otros miembros de esa colectividad.
(Fernando Torrijos)
“La travesía real del descubrimiento no consiste en buscar
paisajes nuevos, sino en poseer nuevos ojos”
(Marcel proust)
“La experiencia sonora/visual invita a realizar la TRAVESIA y
redescubrir los sentidos”.
(Marcel proust)
“Cada imagen encarna un modo de ser”
(John Berger)
“Lo visible puede permanecer alternativamente iluminado u oculto; pero una vez
Aprendido forma parte sustancial de nuestro medio de vista”
(John Berger)
“Si en un bosque se cae un árbol y no hay nadie alrededor, el sonido no existe”
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